Suelo pélvico: lo cuidas o lo lamentas, tú eliges

¿Qué es el suelo pélvico? Ese gran olvidado que hace todo por ti

Vamos al grano: el suelo pélvico es un conjunto de músculos y tejidos que se encargan de que todo lo que tienes en la pelvis no ande por ahí descolocado. Hablamos de órganos importantes, como la vejiga, el útero o el recto. Además, influye en cosas como ir al baño sin problemas, disfrutar de las relaciones íntimas, o mantenerte cómodo mientras haces deporte.

¿Y qué pasa cuando este «súper músculo» se debilita? Pues problemas. Desde incontinencia urinaria hasta dolores molestos que no sabes de dónde vienen. Y lo peor es que no siempre le prestamos atención hasta que algo falla.

¿Está tu suelo pélvico pidiendo ayuda?

¿Te pasa que…?

  • Al estornudar o reírte fuerte tienes «sorpresas» que preferirías evitar.
  • Notas una especie de peso raro en la zona baja.
  • Tus relaciones íntimas no son lo que solían ser (y no porque falte chispa).
  • Necesitas correr al baño en cuanto sientes ganas, como si fuera una emergencia.

Si has respondido "sí" a una o varias, tranquilo/a, no eres el/la único/a. Y la buena noticia es que no tienes que convivir con esto. La fisioterapia puede ser justo lo que necesitas.

¿Cómo puede ayudarte un fisioterapeuta?

Primero, desmitifiquemos algo: cuidar el suelo pélvico no es solo hacer «aprietes» (los famosos ejercicios de Kegel). Aunque son útiles, no son una solución mágica ni sirven para todos los casos. La fisioterapia de rehabilitación de suelo pélvico es mucho más completa y personalizada. Te cuento algunas de las técnicas que podrías encontrar:

  • Ejercicios guiados: Olvídate de apretar «porque sí». Un fisioterapeuta te enseña cómo hacerlo de forma correcta, para que realmente funcionen.
  • Biofeedback: Esto suena complicado, pero es básicamente una herramienta para «escuchar» a tus músculos y entrenarlos mejor.
  • Terapia manual: Si hay cicatrices, tensiones o puntos dolorosos, un buen masaje puede hacer maravillas.
  • Electroestimulación: A veces los músculos necesitan un poco de ayuda extra para activarse, y aquí entra esta técnica, especialmente útil en casos más avanzados.

Lo mejor de todo es que cada tratamiento se adapta a tus necesidades. Aquí no hay una receta única, porque cada suelo pélvico es un mundo.

¿Es esto para mí? (Spoiler: probablemente sí)

Quizá pienses que esto no va contigo, pero la verdad es que más personas de las que imaginas podrían beneficiarse de cuidar esta parte del cuerpo. Por ejemplo:

  • Mamás recientes: ¿Parto reciente? El suelo pélvico necesita un extra de amor para evitar problemas a largo plazo.
  • Hombres tras cirugía prostática: Porque sí, ellos también tienen suelo pélvico, y puede debilitarse.
  • Deportistas: ¿Te encanta correr o levantar pesas? Genial, pero esas actividades también pueden sobrecargar esta zona.
  • Personas mayores: A medida que envejecemos, la musculatura pierde fuerza, pero no es tarde para mejorar.

En fin, casi todos podemos ganar algo cuidando esta parte del cuerpo.

Un pequeño cambio, una gran diferencia

Vale, puede que el suelo pélvico no sea un tema que salga en la sobremesa, pero deberíamos hablar más de él. Porque, al final, su salud influye en cosas que damos por sentadas: sentirte seguro, moverte sin miedo a incomodidades, disfrutar de momentos íntimos sin dolor…

Si crees que algo no está bien, no esperes a que vaya a más. Y si te preguntas dónde empezar, busca un fisioterapeuta especializado. En Vallecas, ya sabes que cuentas con Saludalia, pero lo importante es dar el paso donde sea. Una consulta a tiempo puede ahorrarte muchos quebraderos de cabeza (y de pelvis).

¿Te animas a darle a tu suelo pélvico el cuidado que merece? Porque, créeme, no se queja por gusto.

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